Deudas eliminadas con Ley de Segunda Oportunidad
Tipos de deudas exonerables
La Ley de Segunda Oportunidad ha supuesto un cambio significativo en la vida de miles de personas en España. Esta legislación está pensada para ayudar a quienes atraviesan una situación económica crítica. Por ello, permite a particulares y autónomos liberarse de parte, o incluso de la totalidad, de sus deudas. Eso sí, todo esto es posible siempre que se cumplan ciertos requisitos establecidos por la ley.
No obstante, uno de los aspectos que más dudas genera es precisamente este: ¿Qué tipo de deudas se pueden eliminar y cuáles no? En este artículo, abordamos detalladamente esta cuestión para que conozcas con claridad tus derechos y posibilidades si estás considerando acogerte a este mecanismo legal.
La Ley de Segunda Oportunidad no actúa como una varita mágica que borra cualquier compromiso económico. Su aplicación está sujeta a condiciones estrictas. En primer lugar, se exige que el deudor actúe de buena fe. Además, debe intentar previamente alcanzar un acuerdo extrajudicial con sus acreedores. Por último, debe cumplir con ciertos requisitos que acrediten su situación de insolvencia.
Aun así, el abanico de deudas que sí pueden eliminarse es amplio. De hecho, puede suponer un verdadero alivio para quienes no encuentran salida a su situación financiera.
La Ley de Segunda Oportunidad permite eliminar una gran variedad de deudas siempre que se cumplan los requisitos legales. Entre las más comunes se encuentran los préstamos personales. También los créditos al consumo y las deudas con tarjetas de crédito. Los microcréditos y minicréditos rápidos son habituales. Asimismo, se incluyen los descubiertos bancarios. Los préstamos entre particulares también pueden exonerarse, siempre que estén debidamente documentados. Por último, figuran las facturas impagadas de suministros como la luz, el gas o el internet.
También pueden exonerarse los avales ejecutados. Esto ocurre cuando alguien ha avalado una deuda ajena y ha tenido que hacerse responsable. Se incluyen además las deudas con proveedores, especialmente en el caso de autónomos. Por último, también pueden eliminarse los alquileres pendientes de pago, si están debidamente justificados. Estas deudas forman parte del núcleo de obligaciones cancelables por ley. La cancelación es definitiva si el deudor ha actuado con buena fe. Además, debe cumplir con los procedimientos establecidos en el proceso.
Préstamos personales y Ley de Segunda Oportunidad
Uno de los casos más frecuentes en los procedimientos de Segunda Oportunidad es la acumulación de préstamos personales. Estos productos financieros, aunque útiles en determinadas circunstancias, suelen convertirse en una carga difícil de manejar cuando se pierde la estabilidad económica.
Afortunadamente, la ley contempla la posibilidad de exonerar este tipo de préstamos. Esto aplica incluso si el deudor ha solicitado varios. También se admite que hayan sido contratados en distintos momentos y con diferentes entidades. La clave está en demostrar que no se pueden pagar con los ingresos actuales. También es fundamental probar que no se ha actuado con mala fe. Por ejemplo, no se deben haber ocultado bienes ni contraído deudas sin intención de pagarlas.
Además, es importante haber intentado un acuerdo de pago con los acreedores. Incluso si el intento no ha tenido éxito, la vía judicial sigue disponible. En ese caso, se puede solicitar la exoneración de las deudas.
Otras deudas que sí se pueden exonerar
Todas las deudas que sí se pueden eliminar con la Ley de Segunda Oportunidad
Además de las mencionadas, hay otras obligaciones que también pueden extinguirse mediante este procedimiento. Algunas de ellas son menos conocidas, pero igualmente relevantes:
- Deudas con Hacienda y la Seguridad Social: aunque tradicionalmente no se podían exonerar, esto ha cambiado con la reforma legal de 2022. Desde entonces, se admite la cancelación parcial de estas deudas. Eso sí, sólo hasta ciertos límites y bajo condiciones específicas. Para ello, es imprescindible haber intentado antes un acuerdo extrajudicial de pagos.
- Multas no penales: sanciones por impago de peajes, por ejemplo, o algunas multas administrativas de menor entidad.
- Costas procesales derivadas de procedimientos civiles o mercantiles: si están asociadas a reclamaciones de deudas ahora exoneradas.
Este abanico de deudas muestra el alcance real de la Ley de Segunda Oportunidad. No se trata de una herramienta marginal. Al contrario, es una solución legal integral. Está pensada para quienes atraviesan una verdadera situación de insolvencia.
Deudas que no se pueden eliminar con Ley de Segunda Oportunidad
Estas son las deudas que no se pueden exonerar
Por supuesto, existen límites. La ley protege ciertos créditos e intereses considerados prioritarios o derivados de responsabilidades especialmente graves.
A pesar de la amplitud de la norma, hay ciertos tipos de deudas que no se pueden cancelar bajo ninguna circunstancia:
- Deudas por pensiones de alimentos: como las que un progenitor debe abonar a sus hijos tras un divorcio o separación. Se consideran derechos fundamentales del menor y no pueden eliminarse.
- Responsabilidades civiles derivadas de delitos: por ejemplo, si un juez ha determinado que el deudor debe indemnizar a una víctima tras cometer un delito.
- Multas penales y sanciones graves: como las impuestas por delitos o faltas administrativas graves.
- Parte de la deuda pública no negociada. Esto ocurre si el deudor no ha intentado llegar a un acuerdo con Hacienda o la Seguridad Social.
- Indemnizaciones por fallecimiento o lesiones: derivadas de accidentes en los que el deudor tuvo responsabilidad.
Estas exclusiones tienen una lógica jurídica y ética: no se puede utilizar la insolvencia para eludir ciertas obligaciones sociales o penales.
Conclusión
La Ley de Segunda Oportunidad representa una solución real. También es efectiva y legal. Ayuda a miles de personas atrapadas en un ciclo de endeudamiento del que no pueden salir. Aunque no todos los tipos de deuda pueden eliminarse, la mayoría sí lo son, especialmente aquellas contraídas con bancos, financieras o proveedores.
Eso sí, es fundamental seguir correctamente cada paso del proceso, desde la solicitud de un acuerdo extrajudicial de pagos hasta la tramitación judicial de la exoneración. Y, sobre todo, actuar con buena fe: colaborar con la justicia, no ocultar ingresos o bienes y cumplir con los requisitos exigidos.
Contar con el apoyo de profesionales especializados en la Ley de Segunda Oportunidad puede marcar la diferencia. Puede ser la diferencia entre una vida marcada por la deuda y una nueva etapa libre de cargas.
Si te encuentras en una situación insostenible económicamente, no estás solo ni sola. Esta ley puede ser tu punto de partida para empezar de nuevo con dignidad y tranquilidad.

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